LAS dos últimas ediciones del diario El Comercio, nos referimos a las del sábado y domingo, fueron casi de colección o coleccionables. La del sábado la motivó los 185 años que este diario cumplía ese día

El editorial, por este aniversario, no pudo haber tenido mejor título que el que se le puso: “Vivir la historia”.  Al día siguiente o, mejor dicho, el domingo o ayer, si queremos ser más redundantes, la fiesta continuó. Con una edición especial de 80 páginas en la que se le echaba una mirada al Perú y empezaba a escribir, con su entretenido estilo y sus peculiares historias, Jaime Bayle. Volverlo a leer, ahora en El Comercio, fue un placer. Debutó con este relato: “Aquel verano inolvidable".

A propósito de Jaime, son pocos, acá entre nosotros, los que saben de una visita que él hizo a Piura en el verano del año 1985. Entonces ya se le conocía como un joven y talentoso entrevistador de televisión. Una mañana, en casa de Armando Burneo, desayunamos con él, y la entrevista que nos permitió hacerle la publicó el siguiente domingo el diario Correo en su página central. Más que una entrevista, aquella fue una larga y amena plática entre los dos, y en la que hablamos de todo. Al día siguiente, o ese mismo día, Jaime partió a la playa de Yacila, donde, según nos dirían después, quedó flechado por una hermosa joven piurana. 

Y, ayer, no sólo tuvimos aquellas dos ediciones del diario El Comercio para entretenernos todo el domingo. La reaparición de El Tiempo, convertido ahora en semanario, y en un semanario de veinticuatro páginas y bien sazonado en temas, fue también el aperitivo de esa carta que tuvimos ayer domingo sobre la mesa de lectura, y lo que hizo que ese domingo no fuera tampoco un domingo cualquiera.

AHORA habrá que entrar ya a lo nuestro, nuestro. Por las redes sociales nos enteramos ayer que Neyra, el gobernador regional, había partido el sábado rumbo a Marruecos, en el África septentrional. El vuelo que debe haber tomado en Lima para que lo ponga en Rabat, la capital del mencionado país, duraba 14 horas y 40 minutos. De Lima, Marruecos está a una distancia de 9,168 kilómetros. Tampoco es el fin del mundo. 

¿Y a qué ha ido Neyra a Marruecos? Dicen que a firmar un convenio de cooperación con la monarquía de dicho país. Se trataría de un importante acuerdo que beneficiaría directamente a Sechura por sus fosfatos. No hay que olvidar que Marruecos es el segundo productor de este mineral en el mundo después de China; y que también alberga el 70% de las reservas mundiales. Tampoco hay que olvidar que los yacimientos de fosfatos de Bayovar, en Sechura, están catalogados como de clase mundial, y eso hace que al Perú se le mire con bastante expectativa desde otras latitudes.

Y si Neyra consigue, con ese convenio, que Marruecos le dé una manito a Sechura, atraído por sus fosfatos, diremos entonces que ese viaje que Neyra ha hecho al mencionado país no habrá sido en vano. Ni parecido a los dos que hizo el año pasado a Europa y ya como alcalde de Piura, su primo hermano Madrid. Viajes inútiles.

 EL primero llevó a Madrid a Alemania para participar en una conferencia en donde se hablaría sobre cómo contribuir a un desarrollo urbano innovador sin alterar el medio ambiente y defendiéndolo; y, luego, viajaría allí nomás a Roma para participar también en otro encuentro, éste convocado por su santidad, el papa Francisco, para hablar casi sobre lo mismo. De cómo conseguir,  empoderando en este caso a los jóvenes, para preservar la biodiversidad en la gestión y planificación de las políticas urbanas.

¿Y qué pensó hacer Madrid después de regresar de esos dos viajes? Aunque parezca increíble, pensó hacer todo lo contrario. Tanto así que comenzó a prepararse para demoler, sin remordimiento, el ahora ex parque “Néstor S. Martos” y echarse abajo todos sus algarrobos. Logró consumar lo primero y quién sabe si se alista para ir por lo segundo.

Y lo mismo quiso hacer, porque ya lo tenía planificado, con ese enorme bosque de algarrobos que hay detrás de la urbanización San Eduardo. Se proponía hacerlo desaparecer para construir en aquel lugar un moderno centro de convenciones. Finalmente desistió para no verse envuelto en otro feroz escándalo similar al que desató  el parque “Néstor S. Martos”, cuya demolición terminó agriándoles la vida a los vecinos de allí. Qué malo este Madrid.

YA para terminar, una pequeña digresión. Sólo para corregir a quienes estén pensando que Piura y Tumbes ya tienen un nuevo arzobispo. No es así. Monseñor Guillermo Elías Millares no lo es. Él está acá, después de la partida de monseñor José Antonio Eguren, sólo como administrador apostólico, y lo estará hasta que el Santo Padre decida a quien poner finalmente a la cabeza del arzobispado de Piura y Tumbes.