Un ex presidiario compartió la experiencia vivida en el penal de Lurigancho, a propósito de la entrada en vigor del estado de emergencia en Lima y Callao, medida que contempla el endurecimiento del control penitenciario.

El ex presidiario, cuya identidad se mantiene en reserva por seguridad, aseguró que los delegados generales de los distintos pabellones son prácticamente los que “manipulan todo”, exigiendo cupos a los internos, pero también pagando coimas a malos funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), para obtener una serie de beneficios.

“Yo hace un año que salí del penal y he visto todas las irregularidades que hay ahí en ese penal. Uno de los cambios que se debería hacer lo más rápido posible es el cambio de los delegados generales. Ellos son los que manipulan todo, cobran el ingreso a los presos nuevos. Y si no les pagas, te hacen (hacer) servicio de limpieza, te humillan, prácticamente”, manifestó.

“En Lurigancho, el control interno lo usa el INPE, pero ahí los delegados dan su cupo. Entonces, ellos (los malos funcionarios) quincenal reciben, como se dice, su coima, aparte del sueldo que reciben”, añadió.

Según el ex reo, los delegados de pabellón gozan de distintos beneficios dentro del penal y tienen conocimiento de cuándo se realizarán las requisas, a fin de esconder sus pertenencias: “Dentro hay antenas de satelitales para ver el cable, hay decodificadores, celulares, cargadores, todo tipo. Los mismos delegados saben el día que va a haber la requisa, entonces guardan todas sus pertenencias”, denunció.

Los delegados de pabellón son los criminales más avezados, pero hay luchas por el poder y llegan al punto que se coordinan atentados, a fin de que un delegado deponga el poder y ceda el mando a otro cabecilla: “Yo escuché que lo extorsionaron a un delegado, lo extorsionaron afuera, le pusieron una granada en su casa y lo hicieron renunciar, para que entre otro interno que ya estaba ahí”, relató el ex presidiario.

“Todo está podrido adentro”
El ex reo consideró que las acciones del Gobierno en este estado de emergencia deben estar enfocadas en terminar con el poder de los delegados de pabellón, así como en ejecutar un control real dentro del centro penitenciario.

“Los delegados son los que manejan la economía de un pabellón. Ellos administran la droga adentro, alquilan los celulares para hacerles las llamadas, hay celdas donde hay cabinas telefónicas. Ahí se paga todo”, refirió.

“Adentro hay tiendas, adentro hay restaurantes, hay todo. Tienen toda la comodidad, no parece que estuviesen presos. Al contrario, allá viven mejor que afuera. La droga la venden como si fueras a una bodega. Las autoridades saben, sino que se hacen de la vista gorda”, añadió.

El grado de corrupción dentro del penal es tal que los reos pagan por informes psicológicos y hasta por la redención de penas por trabajo o estudios (obviamente, sin tener que hacer nada): “El personal del INPE les cobra 30 soles mensual, y ellos (los reos) van a fin de mes y firman como si hubiesen estudiado, hubiesen trabajado. Todo eso hay, toda esa corrupción hay adentro”, se quejó.

“Para hacer un informe psicológico, para hacer un informe de todo, también pagan. Entonces, todo eso hay, desde los asistentes sociales, desde los psicólogos, todo eso. Ahí hay corrupción en todo, todo está podrido adentro”, sentenció.

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