“Mientras no profundicemos en un enfoque de prevención, solo seguiremos viendo que las cifras de violencia aumenten”.
El 2 de mayo es el Día Mundial Contra el Bullying, un tema que suele siempre asociarse a las escuelas, pero que, dado el contexto actual, debe ser visto y atendido como un problema de toda la sociedad.
La situación es más compleja si se tiene en cuenta que entre 2013 y 2024 se han registrado más de 73 mil denuncias por violencia escolar en el portal Siseve del Ministerio de Educación y, según cifras del mismo ministerio, solo el 2% de las instituciones educativas públicas cumplen con la Ley N.° 29719 que dispone que cada escuela debe contar con, al menos, un profesional en Psicología.
Mientras no profundicemos en un enfoque de prevención, solo seguiremos viendo que las cifras de violencia aumenten. Para enfrentar este problema, es necesario un trabajo articulado que debe comenzar en casa y que cada padre de familia asuma su responsabilidad. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a respetar a las personas, a sus ideas, a su diversidad y debemos enseñarles a ser tolerantes para que los estudiantes puedan establecer relaciones sanas entre ellos.
En la escuela también hay mucho trabajo por hacer: la sensibilización, el trabajo en los espacios de tutoría, la creación de espacios seguros, donde los alumnos puedan compartir sus miedos y preocupaciones, y el acompañamiento para que, en caso de darse una situación que afecte la sana convivencia, se puedan asumir acuerdos y compromisos que involucren a los estudiantes, sus familias y la escuela.
Este debe ser un trabajo conjunto entre familia y centros educativos, pero para ello es necesario que tanto los colegios públicos como privados cuenten con profesionales en Psicología como manda la ley.