Estuvimos viendo recién esta madrugada los videos de la vigilia que montaron anoche en la Iglesia Catedral los vecinos del parque “Néstor S. Martos”.

Para compartir, desde allí y con el resto de piuranos, su protesta e indignación por la perversidad que les quiere hacer Madrid con su ya famoso Paseo de Aguas. Un nefasto proyecto que le ha acarreado a Madrid una denuncia penal  presentada ayer, más dos acciones de amparo. Eso es sólo el comienzo de una dura batalla que los mencionados vecinos están dispuestos a librar contra Madrid. Y si hablamos de rounds, el primero ya lo van ganado éstos. Han conseguido desnudar a Madrid ante la opinión pública, despintarlo y hasta dejarlo hecho harapos, que es bastantísimo.

Los videos antes mencionados también muestran a una caravana de jóvenes ciclistas cruzando por la Catedral, bajando la velocidad de sus bicis a esa altura y levantar luego los brazos para dibujar en el aire, con sus dedos medio e índice, la V churchilliana de la victoria. Lo hicieron después de leer lo que decía la banderola más grande: “¡No al Paseo de Aguas! ¡Madrid te repudiamos !” ¡Qué hermoso gesto la de esos chicos! Tampoco quisieron quedarse atrás ni los taxistas ni quienes manejaban a esa hora y pasaban por allí para, también de manera espontánea, tocar los cláxones de sus vehículos en señal de afecto y solidaridad. Como dirían los argentinos, además de boludo, Madrid está hecho un pedo. 

La denuncia penal presentada contra este ante la Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Piura es por los supuestos delitos de colusión, abuso de autoridad y falsedad genérica, y la firma Gerardo Cabrejo en representación de la asociación civil Vigilia Ciudadana. Hay que hacerle saber a Madrid que por esos supuestos delitos que se le atribuyen, aunque lo de supuesto sólo es un decir, hay cárcel. Y hasta efectiva por dos de ellos (colusión y falsedad genérica) si le aplican los seis años que la ley prevé como pena máxima por la comisión de esos delitos. La mínima es de tres. 

Con aquella denuncia, hasta el sueño se le va a quitar a Madrid. Y, como ya lo decíamos aquí, encapricharse con su Paseo de Aguas y enfrentarse absurdamente con los vecinos opuestos a dicha obra sólo para sacarla adelante, resultaba ciertamente irracional. Alguna abuelita de las de antes habría dicho, sorprendida por esa obcecación disparatada de Madrid, que, a lo mejor, éste obraba así porque seguramente tendría metido el diablo en su cuerpo y habría que exorcizarlo para sacárselo y curarlo. Eso dirían ellas. No las de ahora. Como las que participaron de la vigilia de anoche en la Catedral. Estas últimas dicen otra cosa. Y cosas muy feas.

Aquí en Piura hemos visto a gente muy dispar sentarse en el sillón municipal. Hubo uno, hace años, que pintó de color caca el monumento a Grau y de blanco el piano que hay en el salón de actos de la comuna. Cuando Velasco comenzaba a gobernar el país, después de sacar de Palacio a Belaunde, vino un día de visita a Piura y lo recibió en su despacho el Alcalde de entonces (Orlando Balarezo Calle) que era acciopopulista. Éste se negó, por principio y lealtad al Presidente depuesto y fundador de su partido, a retirar su foto de la pared donde la había puesto desde el primer día en que asumió la alcaldía de Piura. Velasco se enfureció y de regreso a Lima, y en pleno vuelo, ordenó que al día siguiente comenzará a aplicarse la reforma agraria en Piura. Balarezo era hacendado y allí nomás fueron expropiadas sus tierras.

Y uno de los Alcaldes que más empoderó o empoderó bien a los Asentamientos humanos, como para decir que también ese fue uno de sus mejores logros, fue sin duda Pepe Aguilar. Al César lo que es del César. A Aguilar tampoco se le vio nunca jamás dividir o enfrentar a la población. Rehuía o se cuidaba muy bien de no hacerlo o de no caer en aquellos enredos. Con sus adversarios políticos sí que era implacable. 

Ahora, nos preguntamos: ¿Qué podríamos decir más adelante, y cuando todo esto acabe, del huere que hoy tenemos de Alcalde? Paciencia. Tiempo al tiempo.

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