El índice de corrupción de Transparencia Internacional (TI) informa que el Perú es uno de los países más corruptos del mundo. Ocupamos el puesto 121 de 180 países evaluados.
La corrupción en el Perú es una lacra que la venimos arrastrando desde la época del Virreinato. Así lo explica el escritor peruano Alfonso Quiroz en su obra "La historia de la corrupción en el Perú".
El autor detalla que la corrupción, en menor o mayor grado, ha envuelto en sus tentáculos a todos los gobiernos, a lo largo de la historia republicana del Perú. La presencia de esta lacra que esclaviza, empobrece y atrasa a los pueblos; se hizo evidente en nuestro país desde que el régimen militar de facto del general Juan Velasco Alvarado se instaló en el poder el 03 de octubre de 1968.
La dictadura militar asoló al Perú con sus estatizaciones y nacionalizaciones sobredimensionando el aparato estatal, generando con ello más gasto público y corrupción a la vez.
El retorno a la democracia el 28 de julio de 1980 con el ascenso al mando del líder de Acción Popular, Fernando Belaunde Terry, no hizo más que confirmar que la podredumbre se enquistaba en las esferas gubernamentales con todo su poder destructor.
Luego la elección de Alan García del APRA para el periodo 1985-1990, ratificó que la corrupción era un 'negocio redondo' para nuestra clase política angurrienta de más poder con fines inescrupulosos y perversos.
La bancarrota económica y la crisis moral que dejó como legado el partido fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, lo asumió la Administración de Alberto Fujimori que con la agrupación política Cambio-90 se instaló en Palacio de Gobierno para el lapso 1990-1995, luego de vencer en segunda vuelta al candidato Mario Vargas Llosa del FREDEMO.
Si bien es cierto que la dictadura cívico-militar de los siameses Fujimori-Montesinos estabilizó la economía y desarticuló la guerrilla de Sendero Luminoso y el MRTA, la ambición por perpetuarse en el poder y abusar de él de manera ilícita, terminó por 'cobrarles factura'.
Durante los diez años que estuvieron en el gobierno (incluida la reelección para el periodo 1995-2000), incubaron la corrupción más grande de toda la historia republicana del Perú.
Posteriormente las elecciones de Alejandro Toledo de Perú Posible, Alan García del APRA (por segunda vez), Ollanta Humala del Partido Nacionalista, Pedro Pablo Kuczinsky de Peruanos Por el Kambio, su sucesor Martín Vizcarra, Manuel Merino de Acción Popular, Francisco Sagasti del Partido Morado y finalmente Pedro Castillo de Perú Libre y su sucesora Dina Boluarte, no han podido escapar a los tentáculos poderosos de la corrupción.
El informe de Transparencia Internacional, lo está confirmando para vergüenza de todos los peruanos.