La especialista señala que para algunas personas la angustia del domingo por la tarde es tan fuerte que llega a causar insomnio. La principal causa de la angustia en este día se debe por la insatisfacción laboral.

¿Te ha pasado que sientes un bajón los domingos? El síndrome del domingo, incluye una sintomatología depresiva, ansiedad, estrés y problemas para conciliar el sueño. Y, ¿a qué se debe?

La psicóloga clínica, Luisa Gomez del podcast ‘Amor Propio’ comenta que el domingo por la tarde marca una transición entre la semana que acaba y la que comienza. Significa volver a enfrentarnos a las obligaciones más cotidianas.

¿A qué se debe este síndrome?
La especialista comenta que la finalización del descanso y el comienzo de un nuevo ciclo en el que hay que retomar responsabilidades y ocuparse de todo aquello que esté por hacer. La principal causa de la angustia del domingo por la tarde es algún grado de insatisfacción laboral.

Otros sienten la angustia del domingo por la tarde debido a las tensiones que tienen en su entorno laboral. No han logrado compaginar con sus compañeros de trabajo o con sus jefes. Hay quienes no logran tener un descanso adecuado. Son personas que tienen una sobrecarga laboral.

Algunas soluciones para amortiguar estas sensaciones negativas
En primer lugar, pensar en vivir el presente, ya que el domingo por la tarde e incluso por la noche siguen formando parte del fin de semana.

Olvida la pereza que produce el domingo por la tarde, oblígate un poquito a aprovechar lo que queda de día. Haz cosas distintas que te distraigan.

A veces pensamos que descansar es estar frente a la televisión sin hacer nada más, pero una charla con amigos, unas risas, jugar a algo con tus hijos o con tu pareja hace que te oxigenes mentalmente y te sientas con más energía para empezar la semana.

Mantente activo hasta el final del domingo, pero trata de no estar pendiente del reloj. Y es que a veces, la anticipación del evento es mucho más estresante que el evento en sí.

No te presiones si no se han cumplido todas las expectativas que tenías para el fin de semana, lo que se haya podido hacer, se hará en otra ocasión o simplemente es que no se tenía que hacer.

Y lo más importante en cuanto te vayas a la cama, fíjate en tus pensamientos, ¿qué habrá mañana? ¿qué encontraré? ¿cómo estuvo mi discurso anterior?

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