Dos sujetos asaltaron a una joven con un cuchillo y los vecinos les dieron una golpiza.
La inseguridad ciudadana sigue descontrolada en el Perú, y la paciencia de los vecinos de Chiclayo se agotó. En un impactante incidente ocurrido en el cruce de las avenidas Los Incas y Unión, dos presuntos delincuentes fueron detenidos y linchados por residentes cansados de vivir con miedo ante los constantes robos en su zona.
Todo comenzó cuando los sujetos interceptaron a una joven que transitaba por la intersección. Con un enorme cuchillo y bajo amenazas, le arrebataron sus pertenencias, desencadenando un grito de auxilio que se escuchó en toda la cuadra. Como si fuera una escena de película, los vecinos se unieron al escuchar el clamor de la víctima y salieron en su defensa.
En un abrir y cerrar de ojos, un grupo de ciudadanos logró reducir a los delincuentes, asegurándose de que no tuvieran ninguna oportunidad de escapar. La acción rápida de los vecinos impidió que estos delincuentes se salieran con la suya.
Ambos criminales fueron golpeados por los indignados ciudadanos. Incluso, uno de los ladrones recibió una patada en la cara.
Los agentes de la Policía Nacional llegaron a la zona y tomaron control de la situación, procediendo con la detención formal de los asaltantes. Sin embargo, el ánimo de la comunidad estaba lejos de calmarse. Los vecinos, furiosos por la inseguridad, exigieron a las autoridades una mayor presencia policial y un incremento en el patrullaje de serenazgo en ese punto crítico del distrito.
Este acto de defensa ciudadana resuena en un contexto donde la inseguridad se ha convertido en una sensación de rutina para muchos. "No podemos seguir así, nuestras calles tienen que ser seguras para todos", expresó uno de los vecinos tras el incidente.
El linchamiento de estos delincuentes plantea un gran dilema social: ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los ciudadanos para protegerse? Mientras muchos aplauden el coraje de los vecinos, otros advierten sobre los riesgos de tomar la justicia en manos propias.
Pero lo que sí es claro, es que la situación en Chiclayo y en el resto del país es insostenible y requiere de medidas contundentes contra la criminalidad.