La megaobra ha demandado una inversión de US$2.000 millones y su diseño arquitectónico está inspirado en el colibrí de Nazca. 

Puede verse las avanzadas obras del nuevo aeropuerto, en cuya estructura se han instalado 1.100 aisladores sísmicos para evitar consecuencias funestas de un terremoto. Con su oferta comercial, promete convertir al Perú en un hub aeroportuario.

Sobre un terreno baldío de 930 hectáreas equivalente al distrito de Miraflores (Lima), se levanta el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez que promete despegar el 18 de diciembre de este año. En este coloso arquitectónico, 5.600 trabajadores son los responsables de que el megaproyecto presente un avance de obras de casi un 80%.

El terminal actual, que ya es considerado como uno de los tres aeropuertos más importantes de Sudamérica, arrastra una historia desde 1960, cuando aterrizó el primer avión a modo de prueba. Sin embargo, seis décadas después, como parte de un plan ambicioso, el Jorge Chávez está a punto de emprender un vuelo sin retorno hacia una moderna y más grande infraestructura, cuya demanda de inversión alcanza los US$2.000 millones, a cargo de Lima Airport Partners (LAP).

Se realizó un recorrido por las corpulentas estructuras del terminal, y lo primero que se asoma es la imponente fachada acristalada instalada en una superficie, tres veces más grande que la del aeropuerto existente, cuya dimensión pasará ahora de 90.000 a 270.000 metros cuadrados.

Se trata del primer terminal de Sudamérica que cuenta con un sistema de aislamiento sísmico para evitar daños frente a eventuales terremotos, nos comenta Rodrigo López, responsable de la construcción para LAP del nuevo aeropuerto.

“Más de 1.100 aisladores sísmicos se han incorporado en la estructura del terminal que van a permitir afrontar por trances de terremotos y que no supongan un riesgo para las personas”, detalla.

Los cambios que se implementan es que el nuevo aeropuerto contará con 46 mangas de abordaje — puentes fijos que conectan a los pasajeros con los aviones directamente—, cada una valorizada en más de US$700.000, en comparación con el terminal actual que solo cuenta con 19. También se han instalado más de 30 escaleras eléctricas y se ha concluido el asfaltado de la nueva plataforma para aeronaves.

En cuanto al manejo de equipaje, se ha implementado un sistema de tecnología avanzada que incorpora escáneres especiales diseñados para visualizar el contenido de las maletas, con el objetivo de evitar abrirlas cada vez que haya equipos electrónicos o líquidos como suele suceder actualmente. Se han incluido también 27 tomógrafos de inspección que permitirán a los pasajeros un paso del filtro de seguridad más cómodo y eficiente.

“Esta tecnología nos homologa con cualquier aeropuerto internacional, sea europeo o estadounidense. No hay nada superior en el mercado que mejore lo que estamos instalando en el terminal. Hay gran cantidad de aeropuertos que no cuentan con esta tecnología”, destaca López.

El diseño del terminal y la oferta comercial de 100 negocios
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez tiene cinco niveles incluido el sótano. El primer piso está reservado para pasajeros que lleguen a Lima; el segundo piso comprende a la zona comercial, mientras que el tercer nivel será para aquellos que salgan de la capital hacia destinos nacionales o internacionales.

Para acceder a este piso, se ha construido una prolongada rampa ascendente en forma de arco donde vehículos de transporte público podrán circular hasta la entrada del terminal, dejar al pasajero y continuar su recorrido. Este cambio en el diseño logrará evitar la aglomeración entre usuarios que lleguen y salgan del Perú, situación que ocurre en el actual aeropuerto Jorge Chávez. El último piso está reservado a salones vip para pasajeros y salón protocolar.

Las zonas comerciales estarán integrados por espacios de retail como Restaurantes, Cafés y Tiendas para aquellos visitantes que no van a tomar un vuelo. “Es decir, tienen la opción de acceder al Perú Plaza, ubicado en el segundo nivel, donde se cuenta con un patio de comidas que será de acceso público para las familias”, explica la arquitecta del proyecto Claudia Santa Cruz.

Además, se ha firmado un convenio con el MALI para exhibir pinturas y esculturas que reflejen la diversidad y riqueza cultural de la Costa, Sierra y Selva. El objetivo es que los pasajeros sientan desde el momento en que ingresan al nuevo terminal la esencia del Perú, nos explica Karla Urdiales, Líder de Comunicaciones de LAP.

Adicional a ello, habrá una oferta gastronómica de primer nivel muy variada. “Estamos trabajando con chefs reconocidos como Gastón Acurio, el grupo Lagadère y Retail Services”, acota.

Más leídas