Un breve análisis, a propósito de los cuestionamientos que sufre nuestra iglesia en la actualidad.

El papa Francisco acaba de decir: "Necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas. Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos. Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad. Necesitamos santos que busquen tiempo para rezar cada día y que sepan enamorarse en la pureza y castidad, o que consagren su castidad. Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo. Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales" (lo que nos dice, que con el atropello furioso de la tecnología y la expresión de violencia en todas sus formas, debemos procurar mantener nuestros principios, valores y santidad en concordancia con los principios católicos, lo que alegraría mucho a Dios. Y también que seamos fieles protectores de la naturaleza, el mundo que él creó para nosotros).

Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo. Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod. Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos. Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte. (nos dice, que a pesar de todo lo que nos presente el mundo podemos disfrutarlo pero siempre en santidad y con santidad. No dimitir ante lo vano, falso y lleno de idolatría).

Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros. Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos". Esos tenemos que ser nosotros. (nos dice, que dentro de nuestra forma de ser libre, sana, con valores, alegría y amor, seamos personas de luz capaces de ayudar a otras personas que se encuentren perdidas o que viven en la oscuridad). Porque finalmente, Dios nos dijo: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" y el que ama al prójimo, ha cumplido la santa ley. 

Más leídas