Hace unos días amanecimos con una lluvia madrugadora que comenzó después de las 5 de la mañana como una pequeña llovizna.

 A nadie debe sorprender que, por esta época del año, tengamos por acá dichos aguaceros y que en la sierra llueva más. Aunque El Niño no es todavía o al menos por ahora. Tampoco hay que bajar la guardia pensando que ya Niño no habrá.

La lluvia de esa mañana debe haber durado, sin exagerar, como una hora, y El Chilcal, una de las urbanizaciones que está a lado del parque “Néstor S. Martos” y que el Alcalde Madrid quiere hacer desaparecer para poner allí un absurdo Paseo de Aguas, quedó, como suele ocurrirle siempre y cada vez que llueve, casi como una laguna. 

Ojalá que no haya otro chaparrón parecido, ni mañana, ni pasado, ni pasado mañana. Porque de ser así, ¡mamma mía! Muchos vecinos de dicha urbanización van a verse obligados a salir de sus casas nadando como patos o trepados en cámaras de llantas, tal como ya lo han hecho antes. Y hasta tapándose las narices. Pues con el agua de las lluvias llegándoles hasta la cintura y metiéndose en sus desagües hasta hacerlos estallar, fragancias de gardenias no van a oler. Pobre gente.

Y así, Madrid quiere construir aquel extravagante y absurdo Paseo de Aguas sobre el actual parque “Néstos S. Martos”. Con él, el sistema de alcantarillado de la mencionada urbanización terminaría de colapsar y el valor de las viviendas de las familias que viven allí se depreciaría aún más. En fin, cada quien cava su propia tumba. 

Madrid no quiere darse cuenta que con sus desacertadas acciones y omisiones y caprichos está malgastando el caudal electoral que tuvo en el 2022 para ser elegido Alcalde de Piura. Acá, en la ciudad capital, Reynaldo Hilbck fue su locomotora. Sin ese remolque a lo mejor no cruzaba el Rubicón. Que no se engañe si está pensando que no fue así.

Pero, volviendo al tema del parque “Néstor S. Martos”, hace algunos días Gerardo Cabrejo publicó en las redes sociales una nota muy demoledora sobre ese infeliz proyecto del Paseo de Aguas. Le saca su m…, como diría cualquier piurano que no se deja meter el dedo en la boca ni que le bajen los pantalones. Cabrejo desbarata con mucha minuciosidad ese proyecto y lo reduce a lo que es, un engendro, después de poner en evidencias las muchas trapacerías cometidas para defecarlo.

Señala, por ejemplo, que los perpetradores de este aborto del Paseo de Aguas piratearon, con el mayor desparpajo y desvergüenza, el perfil, la declaratoria de factibilidad y el estudio de suelos de otro proyecto, uno que dejó el predecesor de Madrid para remodelar, con sólo dos millones de soles, el mismo parque “Néstor S. Martos”.  Y las cuatro calicatas (una técnica de prospección para tomar muestras del terreno) que dicen haber hecho en este parque (lo que no es cierto) corresponden a unas que hace años se hicieron en las calles adyacentes a la Plaza de las Tres Culturas. ¡Qué monstruosidad! ¡Puaj! ¡Qué asco!

Esos forajidos sí que están fritos, incluyendo a Madrid, cuando el Ministerio Público intervenga y la Fiscalía Provincial de Prevención del Delito se ponga las pilas. Aunque ya debería estarlo haciendo de oficio. Una tortuga corre más que esa Fiscalía. Bueno, así andamos en el Perú.  

Y ya para terminar diremos que la lluvia de esa mañana debe haber encendido más las iras de los piuranos después de ver cómo ésta dejó a la ciudad, a su Plaza de Armas y a su Complejo de Mercados. Hechos un desastre. Mientras que Madrid anda que se pajea (portarse, conducirse) en otras cosas. ¡Qué pena!

 

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