Por el diario La Hora no enteramos ayer de lo poco que se ha avanzado en la construcción del ya famoso Paseo de Aguas de Madrid. En casi dos meses, esos trabajos no llegan ni al 9%.

Y hay quienes atribuyen esa lentitud a los replanteos que han debido de hacerse para evitar impactos ambientales de escándalo si desaparece ese pequeño bosque de algarrobo allí existente. Y, mientras tanto, los plazos se acortan. Al consorcio encargado de la obra ahora sólo le queda la otra mitad de los 120 días que tiene para acabarla. Y a nadie le extrañaría tampoco que llegado ese momento a lo mejor dicho consorcio pida chepa para que le amplíen el mencionado plazo. O parar.

Esa misma nota publicada por La Hora recoge también esta declaración de un tal Gerardo Alvarado Machado, quien se presenta como gerente de Desarrollo Territorial y Gestión de Inversiones de la municipalidad de Piura en esta gestión de Madrid. Y lo que ese fulano dice allí es lo siguiente: “Gracias a este proyecto vamos a recuperar un espacio público que servía de fumadero, cantina, entre otras cosas, para convertirlo en un polo de desarrollo comercial.

Le preguntamos a Madrid: ¿Vamos a volver a repetir una inexactitud ultrajante para quienes viven allí y terminar de avivar más el fuego de un pleito que ellos mantienen con él y que todavía no acaba? En cuanto a ese tal Alvarado, éste debería medir sus palabras, no irse de lengua, no rebuznar por rebuznar, para no aparecer como un pobre diablo. Más antes, Gerardo Cabrejo, de Vigilia Ciudadana, ya lo había puesto en su sitio. Quiso empalarse con él y Cabrejo de dijo: “Mira muchachito, conmigo no te metas porque no tienes ni para comenzar”.  

Por Lucho Gulman, que ahora está escribiendo más a menudo en su página de Facebook, nos enteramos que el agua almacenada en el reservorio de Poechos resultaría insuficiente para atender este año las demandas de quienes tendrían pensando cultivar arroz, sin medirse, en los valles del Bajo Piura y Chira, y también los requerimientos de aquellos otros que necesitan, por ser los suyos cultivos permanentes y tecnificados, preservarlos sí o sí. Sin obviar, claro está, las cuotas de agua que hay que guardar y destinar para el consumo humano.

Que el reservorio de Poechos esté como está, exiguo en su volumen de agua almacenada, no se debe, según Lucho Gulman, a que no haya habido avenidas que lo colmasen. Las hubo. Sólo que éstas no fueron aprovechadas, como debieron hacerlo, por los responsables de disponer el uso de aquella agua regulada. Prefiriendo más bien tirarla al mar. ¿Qué hará ahora Lucho Neyra, el gobernador regional, con esos iluminados cerebritos? Seguramente que nada. Son sus hombres de confianza.

¿Y qué sabe de esto el resto de piuranos? Tampoco nada. Porque los medios de prensa que tenemos en Piura están más interesados, algunos casi en un 100%, en explotar la crónica roja (robos, asaltos, sicariato, violencia familiar, etc., etc.) que en dar a conocer temas indispensables para que haya una opinión pública bien informada. Vendarla, ocultando u omitiendo hechos relevantes y de interés general, también es una manera de atentar contra el derecho que tiene cada ciudadano a la información.

Nos enteramos, no sin sorpresa, lo que la Universidad Nacional de Piura ha decido hacer tras el reciente examen de admisión que hubo allí. Permitirles el ingreso a sus aulas a los postulantes que no lograron aprobar las pruebas que se les tomó en esta última evaluación. ¿Se imaginan qué tipo de profesionales votará la UNP cuando estos ingresantes culminen su carrera? Si son de Derecho a lo mejor saldrán pareciéndose al que hoy está como decano de esta facultad. A quien, en un video, se le escucha defender el Paseo de Aguas de Madrid con el absurdo argumento de que esta obra le dará a Piura un nuevo polo de desarrollo. ¿Y qué habrá allí? Sólo un patio de comidas y, de ver, unas cuantas fuentes de agua que se apagarán antes de que Madrid deje la alcaldía de Piura o lo revoquen si la iniciativa de la gente del Veintiséis de Octubre y de los vecinos opuestos a su Paseo de Aguas prospera. Ellos andan cruzando los dedos para que tal cosa ocurra. Ojalá Dios los escuche.

Terminamos con esto. Ayer el Tribunal Constitucional resolvió suspender lo dispuesto por una Sala de la Corte Superior de Justicia de Lima invalidando la decisión que había tomado el Congreso de la Repúblico de separar de sus cargos a dos miembros de la Junta Nacional de Justicia: Inés Tello y Aldo Vásquez A la primera por haber superado largo el límite de edad permitido -75 años- para permanecer allí, y, al otro, por infringir la Constitución. Algo tiene que hacerse para evitar que dos poderes del Estado -el Ejecutivo y el Legislativo y que tampoco están bien vistos- sigan estando, como lo están ahora, a merced de un desaliñado Poder Judicial y de un politizado Ministerio Público.

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