Los reclamos por falta de alimentos sumados a largos apagones en Cuba llevaron a cientos de personas a manifestarse el 17 de marzo en al menos cuatro ciudades del país, en medio de la peor crisis económica en tres décadas.

Desde que abre los ojos por la mañana hasta que los cierra por la noche, Diana Ruiz sólo piensa en la comida que necesita para su pequeño de seis años, un dilema de muchas madres cubanas ante la escasez de alimentos y los apagones que sufre Cuba.

"Lo primero que yo digo cuando me tiro de la cama es qué le voy a dar de comida a mi hijo y cuando me acuesto qué puedo darle para merendar, para su desayuno", narra una ama de casa de 31 años y cuatro meses de embarazo, que vive en Nuevo Vedado, un céntrico barrio de La Habana. Diana se mueve en el estrecho espacio entre su alacena, que guarda un poco de arroz y unos cuantos panes, y la nevera que conserva una hamburguesa, dos pomos de agua y un batido de fruta congelado. "Ahí está todo", dice desesperanzada en su casa en la que también vive con su padre invidente.

Los reclamos por falta de alimentos sumados a largos apagones, que afectaron a casi toda la población cubana en semanas recientes, llevaron a cientos de personas a manifestarse el 17 de marzo en al menos cuatro ciudades del país, en las mayores protestas registradas desde las históricas marchas antigubernamentales del 11 de julio de 2021.

"Situación crítica"
Las autoridades admitieron en 2023 problemas por falta de divisas para importar el 100% de los productos de la canasta básica que distribuyen a precios subsidiados, a través de mecanismos de racionamiento, a los 11 millones de ciudadanos de Cuba. Mientras que, según cifras oficiales, la producción agropecuaria cayó un 35% entre 2019 y 2023.

En febrero, Cuba solicitó por primera vez apoyo al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU para garantizar el abastecimiento de leche a los niños, luego de anunciar que no podría completar las raciones de ese mes.

 

 

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