La tarde de ayer el Señor de la Agonía recorriendo un breve recorrido en la Plaza de Armas de Sullana.

 El  señor de la Agonía cumplió 141 años  años como patron de Sullana; es parte de nuestra historia, de nuestra tradición, de nuestro folklore, de nuestro patrimonio.

La  historia nos dice que guerra con Chile estalló en el año 1879. Los chilenos invaden el Perú, Sullana, ciudad tan lejana, también fue testigo de la presencia de los vecinos del sur en su terruño. Los invasores habían instalado su sede de ocupación del norte en San Pedro de Lloc (Actual capital de la provincia de Pacasmayo en la región La Libertad).

Desde allí partieron y desembarcaron en Paita, para luego enviar un regimiento a Piura y otro a Sullana.En la parroquia “Santísima Trinidad” era párroco el presbítero Juan José Hidalgo, tuvo un período largo, de 1875 a 1894.Las autoridades de Sullana, enterados de la inevitable llegada de los chilenos, seguramente con la intención de saquear y pedir cupos de rescate, decidieron huir, dejando todo totalmente desprotegido.

Eran los primeros días del mes de Enero de 1882 Los feligreses colocaron un enorme crucifijo en la puerta principal de acceso al templo, a fin de evitar que ingresen, profanen y roben los objetos litúrgicos, devocionales y reliquias. Actitud ingenua, pero expresión de su única esperanza.

La jefatura de la patrulla chilena estaba a cargo del sargento Balmaceda, descrito como despiadado, sin sentimientos religiosos y detestado hasta por sus subordinados.Al no encontrar autoridades, ingresaron raudos a la Municipalidad Distrital y causaron grandes destrozos, pues no encontraron deseados objetos de preciado. Balmaceda, ostensiblemente enfurecido, enrumbó al templo, tal vez pensando saciar su ambición de fortuna.

Pero, al forzar la puerta hasta lograr abrirla… ¡Oh!... quedó impactado; se encontró cara a cara con el crucifijo grande que los feligreses ingenuamente colocaron tras la puerta y ordenó a sus soldados que rindieran culto al Cristo.Los chilenos se habían encontrado con el “Señor de la Agonía de Sullana”. ¡Sí! La misma imagen que se encuentra nuevamente entronizada en el presbiterio del Templo, dispuesta a recibir la veneración de sus patrocinados.

Los chilenos ingresaron al templo, pero estuvieron poco tiempo. ¿Qué hicieron?, nadie sabe, solo que el sargento chileno ordenó la retirada y desaparecieron por el arenal que hoy son las primeras cuadras de la calle Bolívar.Los pobladores, que esperaban lo peor, estaban gratamente asombrados. Entraron al templo… ¡Sorpresa, todo estaba intacto!.

La noticia rápidamente corrió.De inmediato los sullaneros se aglomeraron en la iglesia para elevar sus plegarias al creador. En acción de gracias la reverenciada imagen del Señor de la Agonía de Sullana fue paseada por los alrededores en medio de cantos, vítores y oraciones.Los chilenos solo hicieron daños en la municipalidad. Los sullaneros atribuyeron todo a un milagro del Señor de la Agonía de Sullana.

Según Pablo Cruz Arrunátegui, desde entonces se consagró al Señor de la Agonía como el Patrón de Sullana, escogiéndose el 6 de Enero como el día central de la festividad.Por su parte Luis Felipe Adrianzén, al narrar esta historia, dice, es el auténtico Patrono de Sullana. A partir de entonces, cada 6 de Enero se veneraba al Señor de la Agonía con mayor devoción, convirtiéndose en una festividad popular.Poco después del paso de las tropas chilenas, el párroco Presbítero. Juan José Hidalgo, a propuesta del alcalde distrital, vendió la casa parroquial.

Nunca más hubo casa parroquial.Quedaba a espaldas del templo, donde hoy es la Transversal Tarapacá entre calles Córdova y Bolívar. El alcalde quería facilitar el acceso de los vehículos a la cochera municipal y al mercado central.Al parecer, este hecho, no le agradó a la feligresía y se vio afectada la veneración al Señor de la Agonía.

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