Comentarios a vuelo de pájaro
º PRIMERO fue él, el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Rodríguez Mackay, quien terminó diciéndole a Castillo hasta aquí nomás presidente. Por diferencias en un par de asuntos puntuales que éste consideró insuperables y que se agravaron cuando Castillo, sin la menor fineza, salió a corregirlo y a desautorizarlo en público. Una humillación que Rodríguez debió haberla sentido muy desagradable e inexcusable y, por mismo, inaceptable. Lo pertinente era renunciar y eso fue lo que Rodríguez hizo.
º NO es lo mismo dimitir de un cargo por insalvables divergencias de enfoque en su manejo que hacerlo a manera de confesión o admisión de un fracaso. Lo segundo es lo que estaría implícito en la inminente renuncia del titular de la cartera de Desarrollo Agrario y Riego, Andrés Alencastre. O al menos eso es lo que ayer se decía que ocurriría en cualquier momento.
º ALENCASTRE, como ya se sabe, no pudo cristalizar aquella prometida compra de fertilizantes en el mercado internacional para ir con ella en auxilio de los agricultores más pequeños del país y conjurar de esa manera el empobrecimiento de sus cultivos y un bajo rendimiento de éstos por falta de dichos nutrientes. El fracaso en los tres intentos que se han hecho para que esa compra coagule han sido clamorosos y hasta imperdonables.
º LA semana pasada, Castillo, como queriendo curarse en salud, ensayó una divertida como grotesca coartada tratando de exculpar a su gobierno de aquellos descalabros. Fantaseó hablando de unas manos negras en asecho y diligentemente confabulando dentro de los ministerios para entorpecer y frenar las acciones del gobierno y hacerlo quedar mal ante el pueblo que votó por él. Esa no se la crea ni su abuela.
º LO cierto es que Castillo enfrentaría dos renuncias ministeriales si es que la de Alencastre se produce, tal como se rumoreaba hasta anoche. Y si no fuera así y persistiera en dejarlo, contrariándose él mismo después de haber dicho que ministros fallidos se irían a sus casas, Alencastre de todas maneras ya está chamuscado y listo para servírselo en plato hondo a los gatos. Aunque tampoco todo lo dicho es todo.
º NO olviden que alrededor de los pescuezos de dos ministros más, como son los de Vivienda y Construcción (Geiner Alvarado) y del Interior (Willy Huerta), hay un número parecido de gruesas sogas apretándolos. Los agarrotarán en el momento en que el Congreso les baje el dedo a ambos censurándolos. Y como dos mas dos son cuatro, por los dos ministros antes mencionados y por estos otros dos, ese sería, pues, el número de obligadas bajas que sufriría este ya melancólico y tullido gabinete de Aníbal Torres. ¿Y si se fueran todos? ¡Por fin!, exclamaría mucha gente.
º AHORA bien, si Castillo fuera más inteligente y listo y que no lo es, desde luego, tal como lo ha demostrado infinidad de veces desde que llegó al poder -las abuelitas de antes dirían que no es justo que Dios le dé barbas a quien quijadas no tiene- aprovecharía tales bajas para completar la poda y reestructurar a fondo su actual gabinete. Y si lo hace quién garantiza que los reemplazos de los relevados no sean más de lo mismo. Y si fuera así seguiríamos girando sin remedio en este mismo círculo vicioso que nos ha condenado sólo ver llegar como ministros a puro arroz quebrado. ¡Qué pena!, de verdad.
º Y con esta terminamos. Ahora el presidente Castillo, cuando viaja, está incluyendo en su séquito oficial a unos especímenes que dicen ser periodistas y que no lo son y que dicen, además, representar a la “prensa alterna” de este país y que eso tampoco es cierto. Todo aquello se nota a leguas. Como también se nota a leguas que éstos embaucadores tan solo son adulones y chupamedias igual a quien los ha reclutado. ¿Quién? Adivinen.
HASTA MAÑANA